martes, 3 de agosto de 2010

La verdadera divulgación… ¿aún lejos?

La verdadera divulgación… ¿aún lejos?: "
Un científico o científica tiene incentivos para desarrollar su carrera. Lograr proyectos de investigación, formar jóvenes investigadores, lograr financiación, conseguir admisión de patentes… Y, por supuesto, publicar. Nada es ciencia hasta que no esté publicado. Y no en cualquier sitio, sino en revistas al efecto, no dirigidas a la población general sino a aquellos que trabajan en el mismo campo. Revistas con un filtro previo; en las que otros científicos leen, corrigen, juzgan y finalmente admiten el trabajo de sus compañeros y compañeras de profesión (lo que se llama revisión por pares o peer-review).
Gracias a todo ello crea el científico su currículum.

Viñeta | Clay Bennet
¿Ves en esos méritos algo relacionado con comunicar sus investigaciones a la población? No hay nada. No reciben ningún mérito por divulgar a la población general. A pesar de que no es fácil traducir una investigación a lenguaje asequible, hacerla llegar a través de un medio adecuado, convertirlo en un hábito… Además, muchos investigadores no creen que sea necesario, o ni siquiera se han planteado la necesidad de hacerlo, o directamente piensan que no es posible.
Descuidar la faceta divulgadora en la ciencia, no premiarla convenientemente, puede tener graves efectos. Como ilustra el caso del “Climategate“, en el que quedaron expuestos archivos y mails cruzados entre investigadores que participaban en un estudio sobre el cambio climático. Su trabajo no fue escrupuloso y existía el miedo de que la opinión pública perdiera confianza en que esta cuestión esté científicamente zanjada, y bien zanjada (a pesar de que no es así para grupos de presión empresariales, que actúan a través de medios de comunicación y personajes públicos capaces de perseguir intereses espurios). Fue un caso en el que un equipo investigador, actuando mal, deja en entredicho, ante cientos de millones de personas, tanto miles y miles de horas de buen trabajo de muchos otros como lo sólida que es la evidencia acerca del cambio climático.
Una oportunidad para los que pretenden engañar a la población en beneficio propio, que da alas a los escépticos climáticos y permite rediscutir algo que está científicamente zanjado.
Y eso ocurre porque las encuestas dejan claras dos tendencias muy profundas, y contradictorias, en la opinión pública.
  • Por un lado, la gente confía en los científicos. P.ej., cree firmemente en el cambio climático de origen antrópico y quiere que las administraciones hagan algo al respecto.
  • Pero por otro, evalúan información procedente de muchas fuentes, la mayoría no científicas. Y las evalúan como si fueran equivalentes. Normalmente en función de intereses personales y creencias previas (como, p.ej. fiabilidad que concedan a la fuente no científica por otras cuestiones).
Si ambas tendencias coexisten, si la población no da primacía aún a las fuentes científicas, es que aún queda mucho por hacer. Y aún está en riesgo mucho de lo que la ciencia cuenta.
Ya se han dado pasos, pese a todo. Los científicos asumen que han de suministrar información a la administración y a los políticos que están al frente. Y que sea clara, fiable, relevante, útil y a tiempo. Todo ello ya sí es un mérito investigador que puede uno incluir en su currículum.
Pero esa línea tropieza con un problema. Sin dejar de ser clara, fiable, relevante, útil y a tiempo, esa información debe incluir lo que más odia un gestor: las incertidumbres inherentes a la ciencia. Y ante tales incertidumbres, un gestor atenderá aquello que más le preocupa: la opinión pública. Esa misma que está desatendida. Obviamente, generar información sólo para gestores y políticos es algo incompleto, algo que aún requiere más.
Requiere aumentar la confianza de la población en las fuentes de información científica, que consultarlas se convierta en algo habitual, estar capacitada para hacerlo.
Y eso precisa rediseñar los méritos que un científico pueda adquirir, de modo que sea normal pensar cómo contar a la gente (claro, breve, sencillo) lo escrito en artículo para una revista.
"

Readers: Get your Buzz on

Readers: Get your Buzz on: "
We know that many people like Reader because it makes it so easy to share interesting stuff with a wide group of friends. That's why, over the past year, we've added a number of features to help you share the content you find most interesting: comments, following, people search, liking, and 'send to.'


However, even with all these great features, sharing has been mostly limited to the subset of your friends who use Google Reader. While many people use Reader, we know that even more use Gmail. That's why today, we're thrilled to announce that with the launch of Google Buzz, the awesome items you share in Reader can also be shared with all your friends who use Gmail with Google Buzz.





A shared item in Reader (background) and Buzz (foreground)


Getting started with Google Buzz is easy. Just head over to Gmail and you'll be able to link up your Google Reader account with just a few clicks. Then, anything you share in Reader will automatically be posted to Buzz. Comments are even shared between both products, so you can view and participate in the conversation wherever you'd prefer.


And don't worry, you don't have another list of friends or followers to manage. The people you follow in Reader are the same people you follow in Buzz – those you've already chosen to follow in Reader, plus the people you email and chat with the most in Gmail.


Check out the video below, explaining everything you can do with Google Buzz!




Head to our help center for more details about the Buzz integration in Reader, or leave us feedback in our forum, on Twitter or even using Buzz itself.


P.S. Keep in mind that Google Buzz is rolling out gradually, it might be a few days before you get it for your account.


"

Google Reader gives back

Google Reader gives back: "
At the recent SXSW conference, we handed out free Google Reader T-shirts to people based on how many Reader items they'd ever read... in their whole life. We knew that free shirts would be a hit, but we learned something much more important: a lot of people have read a lot of items. (At an average of thirty seconds per item, the most prolific readers had spent more than 180 full days of their lives perusing stuff on Reader — what Blogger gives, Reader takes away)


After the conference, several of us felt like shirts didn't seem like enough of a reward for all the valuable hours people have spent trolling through so many feeds. One thing led to another, we did a few calculations, drank a few too many cups of coffee, and today we're happy to announce Google Reader's first rewards program: ReaderAdvantage™.


The ReaderAdvantage™ program is simple. You get one point for each item you read. The more you read, the more you get. Then you can trade in your points for cool stuff. And because we believe in a little friendly competition, there are four levels of ReaderAdvantage™ status:


  • Novice: 999 points
  • Gold: 25,000 points
  • Platinum: 133,700 points
  • Totally Sweet: 314,159 points


We considered inventing a secret ReaderAdvantage™ handshake, but instead we created embroidered badges to ensure that members can easily identify their compatriots.



Get your badge on


If you use Google Reader, there's no reason not to join. Visit the ReaderAdvantage™ site to read all the details and enroll today. As always, please send us your thoughts and feedback in our forum or on Twitter.

"

Demuestra tus conocimientos en el mapa

Demuestra tus conocimientos en el mapa: "¿Has realizado una búsqueda en Google Maps y encontraste que la dirección de la empresa estaba mal, o que el teléfono ha cambiado, o tal vez el nombre de la tienda no es el correcto; o, peor aún, llegaste al lugar indicado y el restaurante ya no existía?



Ahora puedes ayudar a resolver estos problemas. Tanto para tu beneficio en la próxima vez que necesites hacer una búsqueda en Google Maps, como para beneficio de otros usuarios de los mapas. En particular te animamos a que hagas seguimiento de tu vecindario, o regiones de la ciudad que mejor conozcas. En Google sabemos que nadie conoce el mundo mejor que tú.



Así que desde ahora puedes editar el contenido de Google Maps:



Puedes quitar un establecimiento que haya cerrado, para hacerlo sigue estos pasos:

  1. Busca el establecimiento que haya cerrado y haz clic en el marcador (la gota roja). En la ventana de información haz clic en "Más > Informar un problema"
  2. Cuando se te pregunte ¿cuál es el problema?, lo que debes indicar es que el lugar se encuentra permanentemente cerrado.
  3. Haz clic en 'El lugar está cerrado de forma permanente'.


Si la tienda aún existe, pero en una ubicación diferente a la indicada en el mapa, puedes mover el marcador sin cambiar ninguna otra información:

  1. Haz clic en "Más > Mover marcador" en la ventana de información del sitio en cuestión
  2. Arrastra el marcador al lugar correcto en el mapa
  3. Haz clic en “Guardar” en la esquina superior derecha del mapa.Si el problema es el nombre de la ubicación, dirección o cualquier otro detalle del cual conozcas los datos correctos, haz clic en "Más > Editar detalles."
Puede parecer que dar este poder a todos los usuarios podría crear más problemas que soluciones. Así que pusimos en práctica algunas medidas para garantizar que el contenido de Google Maps sea de alta calidad. Google investiga todos los lugares marcados como 'cerrado' y también cuando se arrastra un marcador a una nueva ubicación. Por lo tanto, en algunos casos, sus cambios no aparecerán inmediatamente en el mapa. Pero te garantizamos que valoramos tu ayuda para hacer que Google Maps sea un instrumento cada vez más confiable.



Además, si eres el dueño de un negocio, puedes utilizar Google Places para reclamar y mantener los datos de tu establecimiento hasta la fecha. Y cuando lo haces, ningún otro usuario puede modificar los datos.



Esta función se encuentra disponible únicamente en Argentina y México, por el momento.



Por: Marcelo Quintella, Gerente para Google Maps Latinoamérica
"

La leyenda del ajedrez

La leyenda del ajedrez: "
AjedrezEsta historia es muy conocida… ¿qué digo? ¡es célebre! Existen muchas variantes, sobre todo con relación al supuesto nombre de los protagonistas, pero eso importa poco. Hoy he vuelto a encontrarme con ella al ordenar unos trastos, pues en una estantería aparecieron mis viejos libros de matemáticas del Bachillerato. Al abrir uno de ellos, me ha saludado la caricatura de un rey oriental con cara de asombro. No he podido reprimir la tentación de mencionar esta leyenda en TecOb, aunque sea conocida por todos1.

¿Recuerdas la leyenda del ajedrez? Su inventor, en la India, se lo mostró al rey Shirham, el cual quedó tan entusiasmado con el juego, que le ofreció regalarle lo que pidiera. El inventor, para darle una lección de humildad, le pidió lo siguiente: un grano de trigo por la primera casilla del tablero, dos por la segunda, cuatro por la tercera, ocho por la cuarta… y así sucesivamente, duplicando en cada casilla la cantidad de la anterior hasta llegar a la última. El rey se extrañó de lo poco con que se conformaba, pero ordenó que le dieran lo que pedía. Sólo cuando sus contables echaron cuentas, vieron, asombrados, que no había trigo en el reino, ni siquiera en toda la tierra, para juntar esa cantidad. ¿Cuántos granos de trigo habrá que poner en la casilla número 64?

No vendrá mal pasar un rato calculando potencias… pero si eres de los que no pueden esperar, en Gaussianos, uno de los mejores blogs que conozco aunque nunca debidamente reconocido, se publicó una nota sobre este mismo asunto que es de lo más interesante.

__________

1 Texto de la leyenda tomado de Matemáticas, obra de M. de Guzmán, J. Colera y A. Salvador. Anaya, 1989.

Imagen: Wikimedia Commons.
"