jueves, 23 de septiembre de 2010

LA BATALLA DE LEUCTRA

LA BATALLA DE LEUCTRA: "

LA BATALLA DE LEUCTRA


Epaminondas. Un nombre, seguramente conocido por muchos de vosotros. Un tebano. Un tipo que fue, ante todo, un gran trabajador, un buen innovador, un sobresaliente político y un reconocido comandante. Estamos en el año 371 a. C.




Peltasta tracio del s. V a.C., ataviado con las características botas y gorro picudo de piel de zorro, propio de climas más fríos, con que se representa en la cerámica ática de Figuras Rojas. Lleva una pelta o liviano escudo de mimbre trenzado en forma de creciente lunar, lanza y jabalinas. Esta infantería ligera especializada es precedente de los futuros tureoforos griegos.


Hoy en día este personaje no es valorado como en su día lo fue, seguramente porque sus cambios y la hegemonía que alcanzó Tebas gracias a él fue flor de un día. Tras su muerte, un personaje que fue su rehén borró esa preeminencia tebana; Filipo de Macedonia, que apuntó bien todo lo que aprendió en la ciudad beocia, volvió a alterar todo el equilibrio de poder en la Hélade.


Pero volvamos a Epaminondas. Más concretamente, al año señalado. El tebano había llegado a ser recientemente uno de los beotarcas que representaba a la confederación de Beocia, que tras el golpe de estado provocado ocho años antes por Pelópidas que derrocó a la sección proespartana se había transformado en democrática y con cierto matiz liberador. Se encontraban en esos momentos ante los espartanos, dirigidos por uno de los diarcas: Agesilao II, en una conferencia de paz que tenía visos de fructificar. Una condición era fundamental para los espartanos, que llevaban años saqueando los alrededores sin que los tebanos presentasen batalla frontal. Esta condición era que los tebanos firmasen de forma individual la paz y no como representantes de la confederación. Todo parecía ir bien, pero Epaminondas se negó arguyendo que si Esparta representaba a los laconios, Tebas podía hacer lo mismo con los tebanos. Una respuesta que lleva implícito un sello representativo de aquel hombre: revolución. Los espartanos, muy contrariados, los expulsaron de «la mesa de negociaciones» y recibieron desde Esparta la orden de atacar Tebas.



Representación esquemática cenital de una línea de hoplitas avanzando. Según Tucídides, el instinto llevaba a los combatientes a pegarse al escudo del compañero de la derecha, provocando un avance oblicuo de la línea de batalla.




Esta vez los tebanos presentaron batalla. Eran inferiores en número y Esparta aún era un enemigo temible. Solo ganaban en su superioridad de caballería. Diez mil hoplitas frente a siete mil. Espartanos y superiores en número. Se hacía, pues, necesario un golpe de ingenio.


Algunos autores dudan de la causa del movimiento que los tebanos hicieron. Lo común es pensar que obedeció a la genialidad de Epaminondas, aunque hay voces que señalan que se debió, fundamentalmente, a una solución tomada a la fuerza por el devenir de la batalla. Sea como fuere, ese movimiento resultó ser demoledor y gracias a él el triunfo de los tebanos fue grande, tanto por impacto militar como político. El ataque entre dos ejércitos formados por falanges clásicas solía ser similar. Las líneas de unos chocaban y se empujaban con las del otro. El orden y la disciplina eran los protagonistas, así como el poder de ese empuje. Las mejores tropas se solían situar en el flanco derecho, ya que el empuje debido a la situación de lanza y escudo se desplazaba a ese lugar. De esa manera, los hoplitas más experimentados contenían ese empuje. Pero los tebanos presentaron un orden de batalla distinto, ya que el Pelotón Sagrado, la élite beocia, fue situado en la izquierda. Además, frente a las convencionales ocho/doce líneas de fondo, presentaron cincuenta. Parece evidente entonces que el resto de sus líneas estaban muy debilitadas. Pero esto lo solventaron de la siguiente manera: el frente se hizo oblicuo. Así, mientras que el ala izquierda barría a la élite espartana debido a su contundente profundidad, el resto aún no había entrado en combate. De hecho, apenas necesitó hacerlo, ya que los hoplitas lacedemonios situados en el centro y la izquierda al ver la masacre perdieron el valor y las fuerzas.




Batalla de Leuctra (Fuente: Wikipedia).




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  • La mayoría de las imágenes pertenecen al la serie de libros de Fernando Quesada publicados lo la Esfera de los Libros.


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