lunes, 26 de julio de 2010

Dos puentes y una multitud

Dos puentes y una multitud: "

Unos 10 millones de personas cruzan a pie el emblemático Golden Gate de San Francisco cada año. El domingo 24 de mayo de 1987, como parte de la celebración del quincuagésimo aniversario de su inauguración, el puente fue cerrado al tráfico de automóviles y los peatones fueron animados a caminar tranquilamente por el puente durante todo el día. Unos actos que concluyeron a la mañana siguiente con un desfile de coches antiguos que hace recordar a las ceremonias de inauguración de mayo de 1937, éstas, a una escala mucha más organizada.



Para celebrar el 50 aniversario, el paseo peatonal sin tráfico estaba programado para que comenzara a las 6 de la tarde, pero antes de las 5 de la mañana la multitud se agolpaba a ambos lados del puente. Hinchados de ingobernabilidad, las desesperadas masas apartaron las barreras de restricción y comenzaron su andar.


En lugar de pasar de un lado al otro por ambos lados de la pista como estaba previsto, las masas comenzaron a andar en bloque arrastrando con ellos a los funcionarios de San Francisco y los del Condado de Marin, que debían presidir las ceremonias de la celebración a mitad del puente.



Llegado el inevitable punto muerto, una muchedumbre de más de 250.000 peatones quedaron atascados, mientras la gente detrás intentaba por todos los medios de continuar un paseo que se antojaba tremendamente difícil, agobiante y muy peligroso.


Todo es enorme masa de gentío se tradujo en un peso aproximado de 2000 kilogramos por pie lineal, con un peso total estimado de más de 14.000 toneladas de humanidad sobre el emblemático puente de San Francisco. Afortunadamente el año anterior a la celebración, el puente fue reforzada su capacidad de resistencia casi a 2700 kilogramos por pie lineal.



Increíblemente la multitud se comportó con moderación atascada, muchos de ellos desde muy tempranas horas de la mañana. Los funcionarios comenzaron a dispersar las masas desde la parte trasera y vaciar el norte y el sur del puente. Apretados en circunstancias claustrofóbicas, muchos de ellos cada vez más ansiosos de no poder avanzar, podrían haber sucumbido en un pánico con resultados catastróficos, pero afortunadamente la gente se comportó bien y el desastre se evitó. Tan solo hubo que lamentar numerosos desfallecimientos.


El Golden Bridge no sólo es un puente muy significativo para la población de San Francisco, sino que también es el lugar más popular para cometer suicidio en los Estados Unidos. La cubierta situada aproximadamente a unos 75 metros por encima del agua ofrece todas las garantías de mortalidad al osado que se lance a las aguas del río Cooper. Después de una caída de aproximadamente cuatro segundos y un golpeó en el agua a unos 76 kilómetros por hora, se ha demostrado que a esa velocidad, el agua tiene propiedades similares a las del hormigón. Ni pensar las consecuencias de una caída masiva del gentío.



No ocurrió lo mismo con el histórico puente de Brooklyn en New York, un puente que se inauguró oficialmente el 24 de mayo de 1883. Una vía pública que fue referida comúnmente en su tiempo como “La Octava maravilla del Mundo“, en su momento era el puente colgante más largo del mundo.


En su primer día de apertura, un total de 150.300 personas cruzaron a pie y en vehículos un puente donde las multitudes eran abrumadoras ya desde un principio.


Ante tal cantidad de transeúntes, era imposible establecer unos cánones de circulación que permitiera un paso seguro y sosegado a través del puente. Los funcionarios temían que tarde o temprano sucedería alguna tragedia…y sucedió.



El 31 de mayo, sólo una semana más tarde de la inauguración del puente de Brooklyn, 20.000 personas se encontraban cruzando cuando comenzó el pánico. Los informes difieren en cuanto a como comenzó, pero en una estrecha escalera doce personas murieron aplastadas, y multitud de heridos tuvieron que ser atendidos. En algunos lugares se informó, que las personas estaban abarrotadas con tanta fuerza, que la sangre brotaba de la nariz y las orejas.


Los periódicos señalaron culpable a la compañía encargada del puente por la escasos funcionarios contratados ante tales avalanchas humanas. En cambio la compañía culpó a la prensa de crear dudas al público sobre la estabilidad de la estructura. De una forma u otra, los acontecimientos crearon una incertidumbre en los neoyorquinos que no se atrevían a cruzar el puente de Brooklyn.



Fue un año más tarde, en mayo de 1884, cuando el excéntrico P.T. Barnum, seguido por sus espectáculos por millones de masas, cruzó con una manada de 21 elefantes a través del puente, y en interés de su público querido declaró, “el puente es completamente seguro“. Un espectáculo que ayudó en gran medida a aplastar las dudas sobre la estabilidad del puente.


A pesar de toda la incertidumbre creada tras su construcción y superados todos los trances de fiabilidad, el puente de Brooclyn en la actualidad se ha convertido en una parte icónica del horizonte de New York.


Más información en Wired NewYor, en Wikipedia, y en S.Francisco Gate


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