jueves, 5 de agosto de 2010

Las leyes científicas para sustentar la religión

Las leyes científicas para sustentar la religión: "
Aún a día de hoy es fácil encontrarse con algunos fanáticos religiosos hablar sobre las leyes científicas, como si estas fueran verdades absolutas. Esto podría ser para muchos un paso de cara a la conciliación de la ciencia y la religión, pero muy lejos de la verdad se convierte en una gran brecha entre lo racional y lo irracional.

La existencia de leyes científicas es un argumento que determinados fanáticos utilizan como prueba irrefutable de la existencia divina. Para ello, únicamente se basan en la hipótesis de que la existencia de esas leyes rigiendo el universo que conocemos, solo es posible si también existe un ente superior que actúe como legislador, el cuál es considerado por varias religiones un ente divino, un Dios.

Este concepto de las leyes científicas tiene su origen en los años en los que la ciencia estaba concebida como un mecanismo para intentar explicar cómo funcionaban las cosas, con el fin de determinar en modo en el que Dios estableció las causas y efectos de todo aquello que nos rodea. De este modo, el universo al completo seguía estas reglas, consiguiendo que los humanos, una vez que entendiesen estas reglas, podrían determinar los movimientos de los objetos que le rodean con gran precisión. Así, se puede decir que la ciencia nació fuertemente ligada a la teología de la época.


I: John Hedley Brooke

John Hedley Brooke, un historiador de la Universidad de Oxford especialista en las relaciones entre la religión y la ciencia, publicó en 1991 un libro titulado “Science and Religion: Some Historical Perspectives“. En este libro, habla de cómo a lo largo de la historia la religión y la ciencia se han visto obligadas a coexistir y a complementarse, aunque también muchas otras veces han existido los conflictos, adaptándose en todo momento a las creencias de la época. En ese libro, también menciona brevemente las leyes científicas:

… cuando los filósofos se referían a las leyes de la naturaleza, no estaban siendo del todo objetivos al elegir la metáfora. Las leyes son el resultado de una legislación por parte de una deidad inteligente. De este modo, el filósofo René Descartes insistió en qué él estaba descubriendo las leyes que Dios había puesto en la naturaleza. Más tarde, Newton declararía que la regulación del sistema solar suponía la presuposición de la dominación de un ser inteligente y poderoso…

Esta es la razón por la que aún a día de hoy aún conocemos como leyes muchas de las descripciones científicas que hicieron varios personajes a lo largo de la historia, tales como las leyes de Newton, las leyes de Mendel o las leyes de Kepler. Todo esto se concibieron como leyes porque se suponía que habían sido escritas por el gran legislador antes de la creación del universo.

Pero la tendencia comenzó a cambiar a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, cuando las nuevas descripciones pasaron a llamarse teorías, razón por la cual Einstein nunca habló de su Ley de la relatividad, sino de su Teoría de la relatividad.

En esta misma línea, nos encontramos como los creacionistas utilizan las palabras ley y teoría a su antojo, para poder decir abiertamente que la Teoría de la evolución no es más que una teoría, algo que está lejos de ser una ley científica, por lo cual no tienen que aceptarla. Pero son los mismos creacionistas los que cuando se habla de la Teoría atómica en ningún momento piensan en ella como algo distinto a las leyes científicas, simplemente se esconden tras las ambigüedades terminológicas para interpretarlas a su antojo.

Posiblemente la solución ideal habría sido eliminar el término ley por completo, relegando al olvido la posibilidad de que la ciencia sea simplemente el intento de describir las leyes de un legislador que rigen el universo. El problema es la gran tradición e historia hacen que este cambio no sea probable, por lo que las discusiones entre el verdadero significado de Teoría científica y ley científica se mantendrá entre ateos y religiosos.

Fuentes y más información:

- Science and Religion: Some Historical Perspectives

- Scientific Laws

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