En Febrero de 1933, Bertolt Brecht se veía fuertemente amenazado por el ascenso del poder Nazi, y ante su inminente llegada al poder, se ve obligado a emigrar a Dinamarca. Allí se mantuvo durante más de 6 años, hasta abril de 1939, cuando la llegada de la guerra parecía inevitable, emigró a Suecia. Los nazis pronto invadieron Noruega, lo que hizo que Brecht se alejara aún más de ellos, situando su residencia en Finlandia mientras esperaba la aprobación de su visa para viajar a Estados Unidos, que llegó el 3 de Mayo de 1941.
Durante estos años exiliado y de continuas huídas de un lado a otro, Bertolt Brecht se mostró como uno de los escritores más prolíficos y con una oposición más firme al movimiento nacionalsocialista desde su pluma y papel. Tanto, que en estos años escribió más de diez obras de teatro que supusieron una de las primeras críticas directas al régimen de Hitler.
I: Bertolt Brecht
De estas obras, son varias las que se podrían destacar, pero como la primera no hay ninguna: Furcht und Elend des Dritten Reiches (traducida en español como Miedo/Terror/Temor y miseria del Tercer Reich). Para esta obra Brecht se valió de entrevistas, noticias y experiencias de la Alemania del comienzo de los años treinta, haciendo hincapié en la subida de Hitler al poder, y todas sus consecuencias en la sociedad.
Podría ser uno de los muchos textos que se escribieron sobre el nazismo, pero más que eso, fue un libro sobre la Alemania nazi, y como esto repercutió en la gente de a pie que no había tenido tanta suerte como él para salir del país. Alemania había pasado de ser un país libre, a ser un país gobernado por el miedo, y eso se muestra detalladamente en las 24 escenas que componen la obra de teatro.
II: Interpretación de la escena de La Novia Judía
Leyendo esta obra de teatro se puede tener las sensaciones de cómo en la Alemania Nazi no se tenía miedo de la gente en el poder, sino de aquel vecino envidioso que te podía denunciar a las SS por escuchar canales de radio del extranjero. Un lugar en el que el miedo corría a flor de piel cuando un hijo desaparecía durante unos minutos, aunque al poco tiempo volviera con una bolsa de golosinas (tal y como muestra la escena de El Espía). Un lugar en el que tenías que tener cuidado para que nadie te viera infringir absurdas leyes, como la que te impedía leer escritos de autores judíos (tal y como muestra la escena de El Físico).
La Alemania Nazi no fue sólo el poder de Hitler, la opresión de las SS y el miedo de los campos de concentración. Si no que fue una sociedad en la que los miedos más ficticios se volvieron reales, y en la que no todos tuvieron la suerte de Brecht para poder escapar a tiempo. Una sociedad en la que la libertad se vio coartada por el miedo, el terror a pensar y que el que estuviera a tu lado se percatara de ello.
Fuentes y más información:
- Bertolt Brecht
- Terror y miseria del Tercer Reich
- Gemma Deerfield
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