Tras las batallas de Gránico y de Isos, Alejandro tenía dos alternativas: la primera, avanzar hacia Babilonia, hacia el corazón del Imperio Persa, y derrotar definitivamente al Gran Rey Darío; la segunda, no dejar enemigos a sus espaldas que pusieran en peligro su retaguardia y sus líneas de abastecimiento.
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El primer espigón visto desde el continente. Las torres estaban diseñadas para batir las máquinas de las murallas de Tiro, mientras que un sistema de manteletes protegía a los obreros que construían la obra de los ataques por mar. Los ingenieros se encontraron con que el agua era más profunda de lo inicialmente previsto.
El primer espigón visto desde el continente. Las torres estaban diseñadas para batir las máquinas de las murallas de Tiro, mientras que un sistema de manteletes protegía a los obreros que construían la obra de los ataques por mar. Los ingenieros se encontraron con que el agua era más profunda de lo inicialmente previsto.
Alejandro se decidió por la segunda opción y quiso tomar la costa fenicia, fundamental para los persas por su potencial marítimo, y Egipto, esta última por razones tanto estratégicas como políticas.
Biblos y Sidón rindieron sus plazas sin demasiados problemas, pero con Tiro… todo fue muy diferente. Las negociaciones diplomáticas se alargaron y Alejandro no brilló por su paciencia. A principios del año 332 a. C. comenzó un asedio que demoraría a las tropas macedónicas durante medio año, en un asedio complicado y muy cruel. El capítulo quince del libro de Armas de Grecia y Roma es muy prolijo en los detalles de esta contienda.
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Alejandro ordenó colocar poderosas baterías de artillería y unidades de arqueros en el extremo que avanzaba del segundo dique de asedio. Se empleó por vez primera, bajo la dirección del ingeniero Diades, una poderosa artillería de torsión, capaz no solo de despejar las almenas, sino de dañar la obra de los muros.
Alejandro ordenó colocar poderosas baterías de artillería y unidades de arqueros en el extremo que avanzaba del segundo dique de asedio. Se empleó por vez primera, bajo la dirección del ingeniero Diades, una poderosa artillería de torsión, capaz no solo de despejar las almenas, sino de dañar la obra de los muros.
La ciudad fenicia, como se puede apreciar en las imágenes, disponía de una situación estratégica ideal para su defensa. Además, estaba bien provisionada y dominaba con más de ochenta naves sus costas. Alejandro y sus ingenieros (el jefe de estos, Diades, tuvo un protagonismo fundamental) tuvieron que estar a la altura del ingenio de los habitantes de la ciudad.
Este hito de la Historia es digno de ser conocido en detalle. Os invitamos a que lo descubráis en las páginas del libro de Fernando Quesada. Os aseguramos que no os defraudará.
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Asedio de Tiro.
Asedio de Tiro.
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La primera fase del asedio de Tiro. La línea de costa de la zona oriental y los puertos es aproximada, ya que está oculta por el istmo moderno que creció a partir de los diques de asedio construidos por Alejandro. Un primer espigón fue destruido por la acción combinada de tirios y una tempestad.
La primera fase del asedio de Tiro. La línea de costa de la zona oriental y los puertos es aproximada, ya que está oculta por el istmo moderno que creció a partir de los diques de asedio construidos por Alejandro. Un primer espigón fue destruido por la acción combinada de tirios y una tempestad.
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Tras su primer fracaso, Alejandro, ahora apoyado por una poderosa flota aliada, consiguió bloquear los dos puertos de Tiro. Una vez aislada de manera efectiva la tenaz ciudad fenicia, consiguió terminar un segundo dique, abrir brecha en otro punto de la muralla –probablemente en al zona sureste– y tomar la ciudad con un ataque combinado por el dique, la brecha y los dos puertos, mientras que su enorme superioridad le permitía además hacer fintas en otros puntos del perímetro.
Tras su primer fracaso, Alejandro, ahora apoyado por una poderosa flota aliada, consiguió bloquear los dos puertos de Tiro. Una vez aislada de manera efectiva la tenaz ciudad fenicia, consiguió terminar un segundo dique, abrir brecha en otro punto de la muralla –probablemente en al zona sureste– y tomar la ciudad con un ataque combinado por el dique, la brecha y los dos puertos, mientras que su enorme superioridad le permitía además hacer fintas en otros puntos del perímetro.
Esta entrada ha sido creada por Blogs con Histora. La opinión que expone es particular, y puede o no coincidir con la del autor.
El autor expondrá su opinión, si procede, en forma de comentario a esta entrada o, casi siempre, en la denominada «Ventana del Autor».
La mayoría de las imágenes pertenecen al la serie de libros de Fernando Quesada publicados lo la Esfera de los Libros.
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