Distintas especies, distintos impulsos | Imagen: The Loom
Carl Zimmer es un divulgador extraordinario y lo demuestra con cada uno de sus artículos. El último, publicado en The Loom, explica la forma en que una especie familia de peces que vive en los ríos y lagos de África central, Mormyridae, utiliza las decargas eléctricas que produce con su cola para comunicarse, cazar en la oscuridad e incluso aparearse. Estas criaturas disponen de dos tipos de células, unas capaces de emitir impulsos eléctricos y otras que pueden detectar las alteraciones eléctricas a su alrededor y que se distribuyen a lo largo del cuerpo.
En la oscuridad de su mundo, explica Zimmer, no tiene mucho sentido desarrollar una lucida danza para atraer a la hembra, así que estos peces han terminado resolviendo el asunto del sexo con bastante “chispa”. Como veis en el cuadro, los machos de cada especie producen un tipo particular de impulso eléctrico de forma que las hembras no los confundan con los que emiten los machos de otras especies.
Un grupo de científicos alemanes ha podido comprobar que cada macho tiene su señal particular y que las hembras también discriminan en favor de los más fuertes. En su investigación, realizaron un curioso experimento que consistía en meter a las hembras de una de las especies en un tanque y colocar un aparato que produjera los mismos impulsos eléctricos que un macho. El éxito del aparato fue total y las hembras se sentían tan atraídas que golpeaban sus cabezas contra él, sobre todo cuando aumentaba la duración del impulso.
Para conocer más, os recomiendo seguir leyendo el artículo de Zimmer que está plagado de detalles fantásticos sobre este mecanismo y se apunta su papel en la evolución de esta especie.
Enlace: Sex Week continued: when love shocks (The Loom)
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